Es necesario en estos tiempos conocer y celebrar nuestra fe cristiana como camino posible que nos conduce a Dios, respetando y dando lugar a otras expresiones que también enriquecen nuestro carisma. Celebramos la fe a través de los Sacramentos y espacios que nos ayudan a cultivar la espiritualidad que día a día intentamos vivir. En estos últimos años trabajamos en la renovación del espacio áulico de la Catequesis que nos desafía y entusiasma.

Es valioso hacer camino y recorrerlo con otros que nos acompañan y son testigos del crecimiento y de las experiencias personales que cada uno tiene. Dios también se hace presente en quienes nos rodean y nos invita a reconocer la diversidad como un valor que nos amplía y ensancha el corazón.

Nuestra fe tiene sentido si se nutre de aquello que da vida y movimiento. No deseamos sostener creencias o costumbres sino que nos animamos a vivir una fe actual que necesita ser renovada. Descubrimos en la oración cotidiana la herramienta fundamental para que nuestra fe pueda desplegarse naturalmente. Los retiros y espacios de profundización son los lugares específicos para renovar y fortalecer nuestra espiritualidad.